Más allá de las agresiones físicas, el abuso financiero es una realidad que sufren miles de víctimas en silencio. Esta forma de violencia doméstica busca asfixiar económicamente a la víctima, despojándola de su autonomía y control sobre sus recursos.
Un estudio del Centro para la Seguridad Financiera reveló que el 99% de las mujeres que han sufrido violencia doméstica también experimentaron abuso económico. La pandemia de Covid-19 exacerbó este problema, ya que las víctimas se vieron obligadas a permanecer en casa con sus agresores, limitando sus oportunidades de escape y apoyo.
Las tácticas de abuso financiero son sutiles y manipuladoras. El agresor puede, por ejemplo, controlar las finanzas. Esto implica tomar el control de cuentas bancarias, negar acceso a efectivo o tarjetas de crédito, e incluso obligar a la víctima a renunciar a su trabajo.
El abusador también puede sabotear el empleo e interferir en el trabajo de la víctima, acosarla en su lugar de trabajo o incluso sabotear su desempeño profesional. Al mismo tiempo, puede explotar económicamente a su víctima.
De igual modo, el victimario puede obligar a la víctima a adquirir deudas a su nombre, dañando su historial crediticio y limitando su acceso a futuros productos financieros.
Todo esto trae serias repercusiones, que pueden ser devastadoras y duraderas para la víctima. Entre esas consecuencias está, por ejemplo, la pérdida de la independencia.
Esto, ya que la víctima se vuelve completamente dependiente del agresor para sus necesidades básicas, limitando su capacidad para salir de la relación abusiva.
Asimismo, el estrés y la ansiedad producto del control financiero constante pueden derivar en problemas de salud mental y baja autoestima para la víctima.
¿Cómo protegerse del abuso financiero?
Si bien el abuso financiero puede ser difícil de detectar, existen medidas que podemos tomar para prevenirlo:
- Educación financiera: Conocer los conceptos básicos de finanzas personales, como la elaboración de presupuestos, el manejo de deudas y la inversión, puede ayudar a identificar patrones de comportamiento abusivo.
- Independencia financiera: Mantener un cierto nivel de independencia financiera, como tener una cuenta bancaria personal y una tarjeta de crédito, puede brindar mayor control sobre sus recursos y dificultar que un abusador lo controle.
- Monitoreo de cuentas financieras: Revisar regularmente sus estados de cuenta bancarios y tarjetas de crédito para detectar cualquier actividad inusual o no autorizada puede ser una señal de alerta temprana de abuso financiero.
- Búsqueda de apoyo profesional: Si sospechas que estás siendo víctima de abuso financiero, no dudes en buscar ayuda de un profesional, como un terapeuta, un asesor financiero o un abogado especializado en violencia doméstica.