Las diferentes teorías sobre los “Universos Paralelos” o lo que hoy en día se conoce como “Multiverso”, se han hecho ampliamente conocidas gracias a los comics y a industria del cine, los cuales han creado una enorme cantidad de historias basadas en estos conceptos.
Por ello, no debe resultar para nada extraño, que en el ecosistema de criptomonedas, también tengan su versión de los “Multiversos” donde existan versiones de las criptomonedas más populares y por supuesto, es allí donde nacen los criptoactivos “sintéticos”.
Pero por supuesto, esto no es nuevo, ya que prácticamente provienen de los activos sintéticos (synthetic asset) los cuales son empleados en el mercado de valores tradicional para controlar riesgos asociados a operaciones del mercado.
Estos activos fruto de la ingeniería financiera, son una combinación de un activo financiero (cualquiera) con un instrumento derivado, que modifica los retornos o riesgos esperados del activo de referencia.
La principal característica de los activos sintéticos está en su poder de combinación, lo que posibilita conseguir estrategias diferentes de inversión y/o replicas espejo de determinados activos financieros en el mercado.
Su existencia se produjo a partir de la necesidad de incorporar productos nuevos a medida que los mercados evolucionaban creando instrumentos financieros innovadores que ofrecían soluciones alternativas a los problemas de la inversión y el mercado, controlando la volatilidad, el riesgo o la liquidez.
De allí que, también los criptoactivos “sintéticos” o “synths”, sean empleados para simular instrumentos particulares mientras se modifican algunas características clave. Esto permite a los inversores ganar exposición a los activos subyacentes sin tener que tenerlos necesariamente.
Las posiciones en criptoactivos “sintéticos”, conforman un amplio abanico de posibilidades para los inversores ya que permiten diversificar la posición y, en ocasiones, limitar en gran medida el riesgo asociado.
Por ello, la característica más codiciada de criptoactivos “sintéticos”, es la facilidad de crear activos cross-chain como los “wrapped tokens”, los cuales se pueden acuñar envolviendo un criptoactivo, que más tarde se puede devolver a su forma original “desenvolviéndolos”.
Por ejemplo, en nuestro universo conocido, Bitcoin (BTC), es el rey de las criptomonedas, porque posee el mayor valor de mercado y marketcap más grande de los activos digitales. Pero en otro universo, la criptomoneda creada por el misterioso Satoshi Nakamoto, tiene su versión paralela.
El Wrapped Bitcoin (WBTC), es un Bitcoin sintético, creado como un token ERC–20 dentro del blockchain de Ethereum, el cual posee una cotización espejo de BTC, pero basado en las cualidades de la poderosa red de Ethereum.
Ahora mismo sólo el marketcap del WBTC asciende a $12,125,340,757 dólares, con una cantidad de holders que está en crecimiento constante mes tras mes, lo que demuestra el crecimiento en la popularidad de este “synth”.
Estos criptoactivos “sintéticos” fueron creados en estos ecosistemas criptográficos debido al problema de la interoperabilidad entre diferentes blockchains, que imponía limitaciones para intercambiar valor entre diferentes cadenas de bloques.
De allí que, una simple operación de intercambio de Bitcoin a Ethereum o viceversa, resultara un desafío por la diferencia de sus protocolos subyacentes y el manejo de los fees. Por lo que para resolverlo se necesitaba crear una versión sintética del Bitcoin, pero dentro de la red Ethereum.
Este sintético del Bitcoin, debería permitir la posibilidad crear y operar intercambios totalmente descentralizados (DEX) y completamente autónomos, que actualmente son unos de los pilares de la corriente DeFi y a partir de allí comenzó a crearse una nueva generación de “synths”.
Así fue creado WBTC, cómo una forma de resolver la transferencia entre ambos blockchains, el cual básicamente, representa al BTC dentro del mercado, pero dentro del blockchain de Ethereum, lo que le permite interactuar con la red y beneficiarse de sus propiedades de esa red, sin tenerlas.
Vale destacar que esto no se limita sólo al Bitcoin y a Ethereum, ni tampoco a los WBTC, pues cualquier criptomoneda, activo o metal que se necesite portar a otra blockchain, tendrá su “synth”, ya que es la forma de introducir activos reales a una blockchain.
De esta forma a través de los “synths”, los inversionistas tendrán la posibilidad de estar expuestos al intercambio en los valores de los instrumentos “originales”, dentro de una blockchain en particular.
En otras palabras, estos “synths”, pueden ser un DAO o un contrato inteligente dentro de la red Ethereum u otra, que permite intercambiar el activo sintetizado, para que el inversor pueda tener acceso a utilizar todas las cualidades de esa red, como si tuviera el activo tokenizado a disposición.
Una vez dentro de Ethereum, el propietario de los WBTC, posee un criptoactivo con el valor de mercado espejo del Bitcoin, pero con la potencia de la esta red, pudiendo acceder a desde compras de NFT, ahorros flexibles, yield farming, préstamos, plazos fijos, rentabilidades pasivas y otras soluciones disponibles en el universo DeFi.
De hecho, el proceso de compra de WBTC es exactamente igual al de cualquier otra criptomoneda, en la que la operación de intercambio es 1:1 entre sus BTC tradicionales y cambiarlos por WBTC, como si se adquiriera una stablecoin.
El uso de este tipo de “synths” se ha disparado desde finales del 2020 y durante todo este año 2021, cuando se incluyeron los criptoactivos “sintéticos” en una de los principales exchanges criptográficos de Estados Unidos, comenzando a despertar el interés de los inversores.
Esto aunado al repunte en la adopción de criptomonedas que tuvo el mercado de cripto desde mediados del 2020, junto a la explosión de productos DeFi y los NFT, comenzó a darles mayor visibilidad y exposición, convirtiéndolos alternativas de inversión.
Una de las alternativas más populares para dolarizar una cartera de inversión son las stablecoins, criptomonedas con una cotización estable, atadas en paridad a una moneda fiat, bien sea el dólar, el euro, el yen, etc., las cuales junto a los “synths”, abren un abanico de posibilidades a los traders.
Aunque las personas todavía tienen temores por la volatilidad general de las criptomonedas, (algo que se ha reforzado por la caída del mercado que acumula más de un mes a la baja al momento de escribir este artículo). Lo cierto es que, los “synths” y stablecoins, llegaron para ayudar.
Todos saben que durante los momentos bajistas o de gran volatilidad, los inversionistas suelen protegerse recurriendo a las stablecoins. Pero cuando se combinan con los “synths”, gracias a que pueden estar en el mismo blockchain, su movimiento es más ágil y sin pagar fees.
Además, ahora que está de moda el staking, se puede mantener bloqueadas los “synths”, y cobrar las recompensas en una stablecoin o pasarla directamente a esta. Estas entre otras muchas, muestran los beneficios de utilizar los “synths” junto a las stablecoins.
No obstante, los criptoactivos “sintéticos” van más allá, pues poseen la habilidad de tokenizar en el blockchain cualquier activo del mundo real. Desde acciones, materias primas, metales, contratos de futuros, memes, dibujos, obras de arte, casi cualquier cosa puede ser ahora tokenizada gracias a los “synths”.
Por otro lado, los criptoactivos “sintéticos” aunque tienen las ventajas existentes de las criptomonedas como la emisión permissionless y la liquidez global, no poseen el riesgo de la centralización, ya que ninguna entidad central posee el control de creación y liquidación de los derivados.
En esencia, los criptoactivos “sintéticos”, que existen en varios tipos de blockchains diferentes, Ethereum, Binance Chain, ChainLink, entre otros. Como hemos visto, los “synths” además poseen la habilidad de ser más ágiles y versátiles, conservando las características y el valor de mercado del activo sintetizado.
Fuente: https://www.territoriobitcoin.com/conociendo-los-criptoactivos-sinteticos-o-synths/